Hola buenos días me gustaría contaros mi historia. Llevo 16 años en el ejército y 3 en mi ciudad, la cual anhelaba los otros 13. Por fin, cuando llego aquí por un traslado, por ser víctima de violencia de género en la que el sujeto también pertenecía a las fas, no estaba bien anímicamente pero debía de consolarme que por fin estaba en mi casa con los míos. Cuál fue mi sorpresa que nada más llegar, todo el mundo sabía mi caso, contando que todo era confidencial y de hecho no salía mi destino en el BOD por seguridad.

Me toca relevo de jefe de unidad y llega él, un tipo maquiavélico con demasiadas frustraciones para ser jefe puesto que, no hay nada peor que dar poder a un ser así.

Pienso que para mandar hay que saber mandar es mucho más fácil. Pues en base a su falta de sentimientos y humildad empezó mi infierno.

Tres años y medio de persecuciones y linchamientos. Recuerdo la primera vez que hablé con él, cara a cara, que llegó a decirme que por estar en tratamiento psicológico y psiquiátrico, por ser víctima de violencia y, lo más salvaje de todo, por ser mujer que me invitaba a marcharme, eso sólo fue la verbalización de todo lo que ha hecho conmigo. Un muñeco en sus manos, que estoy rebajada de armas por mi tratamiento, pues él decide que el único destino que tiene para mi es la unidad de seguridad. Me expone a estar en la puerta con una defensa, mientras mis compañeros están con una pistola.

Que te operan y tienes que estar dos meses de baja pues, cuando vuelvas, semana si de lunes a domingo 8 horas, semana no de guardia.

Tienes que exponerte a comentarios de una compañera diciendo, “no sé cómo pueden tener a una loca trastornada en el ejército como esta” (lo cual me parece una grandísima falta de respeto e ignorancia por tener una depresión, que por desgracia nadie está libre de ella y nadie la elige).

Poniéndome al límite la dieron rienda suelta y entre en un bucle del cual no veía salida, llegándome a ver envuelta en una historia que no tenía fin, la cual a mi jefe le parecía poco y solicitó para mí un reconocimiento médico, no periódico, en psiquiatría del Gómez Ulla con la intención, su intención, de mi despido.

Machacarme  y pisar mi autoestima ha sido su fin y no ha parado en ningún momento. Cuanto más hundida me veía, más me pisaba. La vez que más terror pasé, fue en aquella conversación, porque en su mirada vi todo su odio hacia mí, una mirada que jamás se me olvidará. Esa mirada sólo la vi una vez en mi vida, en mi maltratador el día que casi me mata a golpes, sentí un escalofrío que me paralizó todos los músculos de mi cuerpo. Ahí me di cuenta que estar a su mando iba a ser mi mayor pesadilla y todos mis pronósticos se cumplieron, toque fondo y pensé de todo.

Si hubiese hecho algo malo, tendría que apechugar con las consecuencias. Los porqués no me dejaban vivir y así pase mucho tiempo, sin vivir y sin dormir.

La hora de acostarme  era aún peor, entre en una dinámica de pesadillas, todas relacionadas con él y estuve muerta en vida pero, por fin ha llegado el día, mi gran día, el día que abandonará este destino y esta ciudad que espero, sea para siempre.

Y yo me pregunto, como puede un ser humano descaradamente machacar a otro, hasta llegar a ponerle en el disparadero, sin motivos ni causas y que se lo permitan?.