El periodista que lo estudia es autor del libro que denuncia el abandono de soldados heridos que participaron en la misión de la OTAN.
El autor de ‘Al otro lado del silencio’ se encuentra trabajando en una nueva investigación sobre el origen de los trastornos mentales que sufren algunos militares españoles que participaron en la misión afgana, y si estos pueden tener alguna relación con un medicamento que se les suministró con peligrosos efectos secundarios.
El periodista Fernando de Oyarbide, que denunció en su libro ‘Al otro lado del silencio’ la situación de abandono en la que se encuentran algunos militares que resultaron heridos en Afganistán, se encuentra recabando datos de casos de trastornos mentales severos entre los efectivos de la operación de la OTAN. Incluidos algunos que terminaron en suicidio.
A este fenómeno se le ha denominado ‘síndrome afgano’, denominado en términos médicos como Trastorno de Estrés Postraumático (TEP). El ministro de Defensa, Pedro Morenés, aseguró en el Congreso que la incidencia de este trastorno sobre las tropas españolas era de un 1 por ciento, aproximadamente un centenar de militares de los 10.000 totales que participaron. Un porcentaje menor que el registrado entre las tropas de Estados Unidos o de Reino Unido.
La conexión con un medicamento para la malaria
Según asegura el autor de este trabajo, que se ha puesto en contacto ya con familiares de los afectados, existen sospechas de que la causa de estos suicidios sea la “toma de un medicamento para prevenir la malaria”.
Se trata, según las autoridades médicas, de un compuesto que está contraindicado para personas propensas a sufrir trastornos mentales, ya que posee peligrosos efectos secundarios. Y según le han trasmitido algunos de los afectados, este medicamento habría sido suministrado a los soldados que viajaron a Afganistán.
También ocurre en Estados Unidos
Hace un par de años, salió a la luz un dato revelador. La cifra de muertes por suicidio entre soldados norteamericanos es superior incluso a las pérdidas causadas por la misma guerra en sí.
Ya por entonces, se denunció allí que los soldados que se suicidan debido un trastorno mental tras la guerra deberían recibir una condecoración nacional similar a los que pierden la vida en combate.
Fuente: El Confidencial Digital
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